Maria Mena Habits

domingo, 5 de agosto de 2012

EL INOCENTE




EL INOCENTE

Horas muertas retenido,
aferrado a la corriente.
Sumisión. Pánico. Silencio.

Hangares de adormilados pensamientos.
Remando entre consecuencias
reunidas.
Rezando sin descanso
hasta el ínfimo de las sienes,
que, sin fuerzas suplican:
Duerme....

Ha conocido su mal
y su medio para acostumbrar
sus muñecas, a sus ataduras.
El yugo tensado se plisa
entre remedios instantáneos.
Sin remansos de lógica.
Entrevistando al consuelo.
Mudo.

Regresa atormentado
el capataz a su barco,
sin tripulación que lo aliente.

Llanuras entre mareas.
Penumbras atravesadas
sobre sus estelas.

Inconsciente sobre sus pálpitos.
Indiferente ante el opaco horizonte.

Que ruin se ha sentido
entre torpes esfuerzos.
La mar lo retoma cuan marioneta
entre contornos ondulantes,
que no cesaran de repetirse.
Y aún así se resiste a sucumbir...
Se siente como un retrato
devolviendo la mirada.
Atrapado en la constelación
de su dicha.
Dibujándola afanosamente,
una y otra vez.

Sin meditar si respira.
Sin ignorar lo que siente.
Sin perdonarse a sí mismo,
permanecer en el umbral
del cruel presente
en su estado nublado,
sumiso y ambiguo
pero nunca jamás. Indiferente.

Y las horas, serán eternidades,
recorridas lentamente.

Sin huellas que lo instruyan
sin paisajes,
que lo alimenten.

Esther MG