CONCIENCIA
Indiferente.
Luciendo
de día, trajes, de impecable
disonancia.
Huyendo.
Sin
nada desear, rellenando
sus
huecos.
Capaz.
Mortalmente
suspicaz.
Entregando
delicias de mezquina apariencia,
a
través de sus siluetas.
Se
deleita siguiendo sus pasos.
Uno a
uno cayeron.
Entre
pinceladas violentas.
Rasgando
sus ropas
De
resignación.
Desfigurando
sus círculos,
habitados
por sendas
de
sumisión.
Torpeza.
Se
resiste a creer
que
sigue dispuesta.
Asomando
sus velos tintados
de
glorias.
Bocanadas
de estaño
entre
sus claridades
que a
ratos engendra.
Pletórico.
Rumiante
en los bosques
más
altos.
Punzadas
de honestidad
lo
atormentan.
Lamentando
escuchar
divisiones,
en su equivocada
perfección.
Lamenta.
Abrazando
cortinas de humo.
Disipado,
entre
caótico paso hacia
su
perdición.
Asumiendo
despacio,
la
equivocación.
Sumergido.
Entre
desiertos de necedades.
Sintiendo
la arena,
como cremalleras
de hielo
bajo
sus pies.
Necesita
escuchar
sus injustas
razones.
Abandonando
su trono se despidió.
Mientras
las voces de su conciencia,
señalan
la lucha, que lo derrumbo.
La
rueda ha girado
durante
milenios.
Jamás
ha existido
un ser
sin conciencia.
Ventanas
abiertas
a la
confesión.
No
habrá juez más exacto
en
nuestra existencia,
que
aquel que sostiene
Tus
miles de yos.
Esther
MG
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