CAMUFLAJE
Una mañana distinta
Vislumbrando el
horizonte
En esa línea rojiza
Se esconden por
igual
Metas e ilusiones…
Acabaras derrochando
Lo que tanto tanto
ha costado
Y nunca tendrás paz
sin consuelo,
Si no es morir
caminando y soñando…
Traspasando el
decoro de tus últimas fuerzas,
resumiendo mil
grietas de tu corazón,
en un jardín de
enterezas.
Atrapado en un mundo
de desilusiones,
Por todo y… por
nada.
Suspirar ya no
cuesta ni cuenta.
Suspirar más que
nada es costumbre dispuesta.
Que de todo he
cuidado y protegido.
Cuanto amor hay en
mi conclusión
Sin espacios,
perdido en el mimo.
Caminando sediento
en busca de albores,
de los que reflectan
tus pasos,
mientras tu mirada
Ruega pero, cobarde…
Se esconde.
Ha querido mi risa
pertenecer a un recaudo.
Sin divagar si
desgasto mis halos,
Sin lamentar el
eterno castigo
que siempre me había
aguardado.
Beberás mientras
puedas tus calamidades.
Contemplando la
lucha,
disfrazado con
pinturas
de guerra.
Pero yo ya no…
Yo. Ya no estaré
allí…
Espérame siempre al
alba de tus desiertos,
Que tu cesto se
llenará de pretextos,
colmados de lógica.
Y sobre esa nube que
ves a lo lejos,
Inalcanzable,
Se expresarán mis
plumas.
Espesa y voraz como
la arrancada noche,
de entre mis
tumultos.
Aquella en que corté en
vano mis decisiones.
Cambiando de nuevo
el rumbo
de mis huellas desnudas,
ahora barridas y
abandonadas,
En tus rincones…
Si yo fuera brisa no
derramaría,
Ni un triunfo, ni un
ápice de mis instantes,
Porque todo lo que
compartí era poema,
Espontáneo y
disuelto, sin pestañear,
Y mis hombros
disueltos y rotos,
De tanto esperar,
un abrazo que nunca
ha llegado.
Una mirada que jamás
se acercó,
ni tan siquiera
logró apenas,
Rozarme…
Esther MG
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