LA CUERDA
Hojas desgastadas,
acariciadas por la bruma.
Son registros abrigados,
Pedazos de fuego
y hielo,
desidias enrevesadas,
albores entretejidos,
cadenas de fino hilo,
anocheceres tardíos,
desolada desilusión…
Pregúntale al viento,
Que te trajo y te dejó.
Cuanto tardaste en alcanzar
Tus mañanas alumbradas,
Tus quejas desdibujadas.
Cuanto de todo esto, se quemó.
Entre pericias desparramadas,
Exquisitas perplejidades,
Acarician tu ansía y tu sien.
Por orden de quien prescribe,
Por mando de quien refleja,
Por recado de quien cobija,
Sin prisa sin pausa,
Sin perjuicio, sin razón…
Dame un espacio repleto,
Que quiero bostezar sin aliento,
A pesar del vacío que siento,
Sin reproche, sin vacilación…
Acariciando mis vientos,
Dormida sobre uniforme suelo.
Apretujando silencios,
Contenidos y llanos,
Bajo mis manos, mi cuerpo
Mis mudos, lamentos…
Horas de paz atravesando quimeras.
Condenada a luchar, a pesar de mis ropas,
A pesar de mi esparcido tesón,
Asiendo bandera blanca entre mis manos,
Atravesando campos desterrados.
Una burbuja que nunca explotó.
Secuestrada en un mundo que apenas ha sido
inventado,
Creyéndome dueña de un paraíso,
Encantado…
Cayendo la tarde, mis cumbres nubladas,
Alcanzaré.
Y nada habrá entonces que invite a mis pasos
A retroceder…
Sincero, sumiso, tenaz, cabezota.
Con este conjunto, yo toco mis notas.
Sin otro propósito que obedecer…
A través de la risa, de toda esta línea,
Sus dientes relucen almacenados.
Puedo ver que colmó mis defectos
Y cuál es el pago por mis pecados…
Desear es bonito si se sostiene.
Alcanzar es sublime,
cuando el dibujo que creaste,
es conforme,
con lo que guardabas en tus sienes…
ESTHER MG
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