UN AGUJERO EN MI MEMORIA

UN AGUJERO 

EN MI MEMORIA

Ciego y devastador. 

Atropellado en su mente.

Ansiando tocar su don

que se escurre

bajo el brazo del sillón,

mientras su conciencia divaga,

entre cuadros y rayas,

lo mismo vestido 

que con pijama.

Uniforme plisado.

Consumido con desdén

y repartido en dados,

a través de la autopista

de su sembrado.

Guirnaldas sueltas y 

suspendidas,

sujetadas con tiras

de mecromina.

Decorando el muro

que tanto admira.

Un señor de pie,

otro sentado.

Retrato de hoy

manco y atado.

Mientras la prisa ríe

entre tintinelas,

que antaño fueron

quebradas telas,

cubriendo el tesón,

de sus montes

y sus tierras.

Acariciando el cielo,

un breve instante.

Lo que dura un sueño.

Escuchará las risas

y los lamentos,

acompañado a ratos,

de esos... Secretos.

Y que en su mente

durarán años,

aún cuando la niebla 

regrese,

y entre secuencia y

secuencia los recupere,

como un milagro.

Acordarse querrá,

cuando el dolor llegue,

de ese que rompe

el corazón

sin haber prestado permiso.

Hallándose de nuevo

en el mar sobre un agujero,

indeciso.

Más, no volverán

esas lágrimas a su tez,

para calmar su coraje,

mas bien se preguntará,

porque sigue aquí,

si apenas tiene equipaje.

Quisiera enredarme

una vez mas

y al instante seguido

y acompañado por mí,

fuera esta vez mi voluntad,

inquebrantable,

la que triunfara.

Saber que he vuelto

de un viaje,

donde nada de mí

conocía

y aturdido y cansado,

nadie me recibía.

Desolada desolación,

devastadora desdicha.

La de aquellos

cuya lucidez brillaba,

alumbrando calles enteras,

de cordura.

Pero un agujero

se abrió en su espesura,

arrancando sus árboles

sin compasión.

Ninguna.

Esther MG 29052014