Maria Mena Habits
viernes, 22 de febrero de 2013
Cuando tenia 22 años, escribí estos poemas.
Una época de cambios. A punto de comenzar nueva vida,
dejando atrás, todo lo que conocía de mi entorno, trabajo, amigos...
Y, a la vez, cargados los bolsillos de ánimo y entereza.
Todo se resume en un quehacer de intentos válidos que resurgen,
de entre nuestros rescoldos, casi apagados, difuminados en el aire,
cuando sopla el viento.
Este escrito está recogido en una antología titulada "Burbuji el habitante
del silencio". Un libro, que recoge una pequeña historia, junto con poemas
escritos en la juventud de mis palabras y pensamientos.
Reunidos con gran ilusión, pues fue, es, mi primer trabajo.
Todos hablan de destino e incertidumbres, sin ánimo de parecer orientalista,
pues no me considero profeta, sino eterna alumna de la vida.
Y así ha de ser, pues de lo contrario, de todo aquello, que llegamos a desear,
nunca alcanzaríamos enseñanzas en la lucha, ni en el campo de batalla, siempre abierto. El mundo que conocemos y en el que probamos nuestra condición.
Y SOLO SE DESEAN
TANTAS COSAS...
Si pudiéramos tomar del sueño ansiado
la respuesta definitiva,
jamás volverían nuestros ojos,
a tomar del día a día,
la enseñanza que se obtiene
en el quehacer de intentar alcanzarlos...
Si lo fácil fuera fácil y sencillo de obtener,
no sería valorado,
ni merecido tal vez...
mientras vivo me alimento,
mientras sueño me convenzo,
el sentir se debilita,
el dolor crece y decrece
cuanto más nos alejamos
de lo que el ser uno mismo mantiene...
Mientras la nostalgia nos tienta
el presente se disipa,
entre días y horas ignoradas,
entre suspiros de deseo impaciente...
¿Porqué nunca la belleza es belleza
con la que combatir después,
cuando el paisaje es pobre y desolador?...
Engancha a sus ojos el caminante,
la imagen de un bello espacio
y lugar en su tiempo,
que todos desusamos finalmente
y, rellena su zurrón
y lo sacia de viandas
para alimentar sus fuerzas
cuando el hambre le recorre el espíritu,
y no aprende nada,
si no aplica el contenido de su bolsa
bien servida en otro tiempo,
para un futuro incierto
y tal vez, desafortunado...
La vida es la lucha
entre la realidad que nos forma,
y la continúa irrealidad
que pretendemos tomar,
para escaparnos de ella...
Esther MG
LA EXISTENCIA
Vivimos en un mundo de situaciones,
cargadas de emociones
que desbordan pasiones,
que transforman las almas,
que componen el ser
de todos los seres que habitan,
de todos los seres que aman,
cuyo corazón clama
y pide mucho más.
Vivimos en un mundo cargado de odio,
rencor, envidia,
destrucción contra todo aquello
que nos invade,
aquello que rechazamos,
todo lo ajeno a nosotros,
todo lo negativo
que pudiera ser destructivo
para nuestro orgullo,
nuestra fuerza interior,
que también poseemos
y que a veces,
nos llena por entero,
ocupando nuestra mente,
haciéndonos valientes,
desafiando a la muerte,
como si fuéramos héroes.
La vida,
esta que a todos se nos brinda,
nos desafía,
nos arrastra,
nos lleva, nos engancha,
a cometer, a decir, a hacer,
a creer en algo,
a llorar, a reír, a sufrir a seguir,
a no dejar de existir
o permanecer en este valle inmenso
que llamaron tierra,
planeta de los seres con sentimientos,
seres, que aman cuando no sufren,
cuando no se alegran,
cuando no caen o se levantan
y siguen al pie,
de todo lo que les atrae,
de todo lo que les interesa,
de todo lo que les ciega,
de todo lo que les apasiona,
de todo lo que les hace vulnerables,
de todo lo que les obliga
a seguir, a vivir a... existir...
Esther MG
Vivimos en un mundo de situaciones,
cargadas de emociones
que desbordan pasiones,
que transforman las almas,
que componen el ser
de todos los seres que habitan,
de todos los seres que aman,
cuyo corazón clama
y pide mucho más.
Vivimos en un mundo cargado de odio,
rencor, envidia,
destrucción contra todo aquello
que nos invade,
aquello que rechazamos,
todo lo ajeno a nosotros,
todo lo negativo
que pudiera ser destructivo
para nuestro orgullo,
nuestra fuerza interior,
que también poseemos
y que a veces,
nos llena por entero,
ocupando nuestra mente,
haciéndonos valientes,
desafiando a la muerte,
como si fuéramos héroes.
La vida,
esta que a todos se nos brinda,
nos desafía,
nos arrastra,
nos lleva, nos engancha,
a cometer, a decir, a hacer,
a creer en algo,
a llorar, a reír, a sufrir a seguir,
a no dejar de existir
o permanecer en este valle inmenso
que llamaron tierra,
planeta de los seres con sentimientos,
seres, que aman cuando no sufren,
cuando no se alegran,
cuando no caen o se levantan
y siguen al pie,
de todo lo que les atrae,
de todo lo que les interesa,
de todo lo que les ciega,
de todo lo que les apasiona,
de todo lo que les hace vulnerables,
de todo lo que les obliga
a seguir, a vivir a... existir...
Esther MG
lunes, 18 de febrero de 2013
domingo, 17 de febrero de 2013
EL RESUMEN
EL RESUMEN
Un señuelo.
Un señuelo.
Detenido ante el
umbral.
Caricias
traicioneras
Que no constatan su
esfera.
Orquídeas grises en
su rincón.
Antaño blancas se
destiñen bajo el sol.
Eres tan necio como
el embrujo,
de tus ojos.
Torpe silencio
adivinado.
Orgullo resuelto,
Tan débil, como
humano.
Sintiendo nostalgia
y compasión
De alguien que si
lucha
por resurgir de su
atroz tormento.
Entre pánicos
divididos,
Entre arrugas que
abrasan
Sus manos.
Que todo lo dan,
Sin pestañear.
Entereza
reconstruida.
Paisajes risueños,
Que colorean sus
mejillas.
Más nada de esto
Has comprendido.
Una vez más
derrotado,
Bajo tu cornisa.
Sin soltar tus
amarras,
regreso al pasado.
En el que
sucumbiste
En un solo acto.
Y te resumes
alegre,
Sin pegas ni
fallos.
Como si llorar
entre líneas,
Fuera un pecado.
Si algo he vivido
A través de mis
años.
Es ser noble y
libre
Sin ocultar mis
fracasos.
Pero esto no me
convierte
En un ser divino.
Tan solo resume,
Mi sinceridad.
Posada en los
brazos equivocados,
Mientras las noches
abrazan mi ser,
Por todos mis
lados.
Abrumada por mi
soledad
Que una vez más se
detiene.
Advirtiendo a mi
calma dormida
Que nadie se
disculpa
Y mucho menos aún
Se preocupará de
ti,
mientras tus llagas
supuran.
Esther MG
viernes, 15 de febrero de 2013
lunes, 11 de febrero de 2013
El DIAPASÓN
Rosa
gris. Batidas las alas.
Pestañas
entornadas.
Mirando
para sí. Estrella fulgurosa.
Un
romeo contenido. Castigado en su son.
En
su vacío quiso ser la que rehusó.
La
panacea rosácea.
Laberinto
detenido.
Dulce
lívido. Rellena enteros.
Minutos
que martirizan y entregan.
Su
voz. Apagada.
Quietud
enojada en la distancia.
Mohíno
desdén que se agita.
Temblando
no quiso separarse
de
su entrego.
Masculino.
Sublime en lo indecible.
Jarras
de agua bendita.
Llevadme
de mí.
Este
incierto no es el mío.
Abatimiento
que domino.
Princesa
envuelta en gasa azul.
de
tules irisados.
Encerrada
en un andén de soles apagados.
Casi
rozando la perfección.
que
de sencilla.
Brotan
las agujas
bajo
tus ojos de cristal.
Mecida
en soledades.
Pasionaria
en salvaje libertad.
Esparcida
entre el viento;
que
embriagado de su esencia.
acaricia
sus desnudos hombros.
Extorsionados
al arrullo del aura.
Que
no se cansa de mirarla.
Dime
niña de ojos negros.
Si
así lo deseas.
El poema será eterno.
Esther MG
sábado, 9 de febrero de 2013
EL DESTINO
EL DESTINO
Era un sueño. De
esos que no se desprenden.
Como acuarelas
dibujando mares enteros de melancolía,
bajo las sombras
del recuerdo marchitado.
Todo ha cambiado y
sin embargo, mis estaciones contemplan aún la dicha en las noches, sin días que
terminen, un cuadro que no puedes dejar de mirar.
Contemplado
mientras relumbra en ti.
Sembrando
llamaradas de sosiegos extendidos en tus manos.
Aclarando tus
mañanas nubladas.
Alargando las
líneas discontinuas que emborronan en desilusiones, un amor prohibido.
Pero no desecho.
Ha dejado huella en
su semblante, mientras piensa,
Como he llegado a
distinguir un sol en este torbellino, como he dejado marchar sus rayos, sin
bañar mis ganas para sanar, mis heridas.
Cuando he dejado de
querer. Aún amando con destreza entre el sinsabor que da sustento a mis
grietas.
Cuanta vida de todo
el óleo, olvidado, en un rincón de mis apartes, quedó prendada en ti.
Más no quiero
retenerme en estas fauces de recuerdos,
que condenan.
Y, sumergida en las
corrientes. Desaparecí.
Si tanto me ama el
silencio. Si tanto me añora, la soledad, recorreré ahora codo a codo con el
viento, la eterna distancia que me separa siempre, del mundo, tras la burbuja,
de mi fino cristal.
Enterrada en la
arena,
junto al oleaje,
que lucha por liberarme,
con los espumosos
dedos,
de sus olas.
Sin que nadie
distinga mi hueco, oculto, bajo mis intersecciones.
Cargada de ramas
desnudas, en todos mis rincones.
Vacíos.
Ya no hay alivio.
No hay calma en lo
que abrigo.
De nada sirven, las
ganas
por reconocer,
que he de cambiar
mi rumbo.
Solo el silencio,
tan desnudo como
yo. Abrumadoramente hermoso,
con sus notas, me cautivó.
Sin alas que me
encuentre a mi espalda.
Aturdida por
reconocer aún, el brillo en las miradas.
Posada entre la
niebla,
de mis noches.
Observando un duelo
de sinceridad.
Sabiendo que no
volverá a amanecer, en este mi paseo por los dominios,
de la siempre
dulce, irrealidad.
Esther MG
ASFALTO
ASFALTO
Un espejo que rasga
mi aposentado muro.
Arrastrada por la oscuridad.
Entre susurros de
cobardes sollozos. Me debato.
Quiero que termine
la farsa.
La que me inclina a
entregarme. A despojar de mí.
Las eternas
caricias que de mi brotan, para con todo lo débil.
Para el que cae y
duda en levantar su ánimo.
Desear… Para qué. Inconstante
latir
que se deshace.
Como será el rojo
de la sangre,
bajo la piel de mis
muñecas.
Sentir ese rasgado
lineal,
de mis extensiones.
Bajo el agua. Testigo
que será escenario de mi marcha.
De mi esperado adiós.
Repleta de lágrimas
contenidas.
Que no determinan
el nada de mis
días.
Empeñada en
sonreír.
Sobre las mareas de
mis augurios. La intuición,
que tira de mis
sentidos.
Idiota como lo es
mi existencia.
No quiero llorar
más.
Mas, no lo hago
desde al menos hace un siglo.
Todo el absurdo que
contengo, en mi yo…
Detenido.
Ansiando tocar el
cielo. El que me contempla y asiente, sincero.
No pararé hasta
salir
de mí…
Repite mi entereza
traicionera.
Mintiendo con su
palestra
de colores. Entre
mis días.
Danzando alrededor
de mí.
No quiero que me
salves,
No deseo mas
promesas.
Quiero morir en el
agua.
Ahogada en mi
propia sangre.
La que no pude ser.
La que añoré,
mientras era atravesada por mil distancias.
Acordonando el
cáliz
de mi fuero
interno.
Romero.
Tardío naciste,
entre las briznas del tiempo.
Tráeme la luna
apagada.
Para que pueda
dormir en sus entrañas.
Dame el veneno que
mate mi… razonamiento, contra la muerte esperada.
Abriendo mí pecho, bajo
el que reposa inadvertido.
Sin que nadie, lo
reclame.
Mi desgastado.
Corazón.
Arrugado y viejo.
Como un cartón, en mitad
de la autopista.
Ese que el viento
maltrata.
Cuan marioneta... Abandonada.
Rotas sus cuerdas. Apagado…
Su grácil danzar.
En su inanimada
forma.
Llora…
¡Ya puedo ver la
paz.
A pasos agigantados!
Me escucha.
¡Parece decirme que
corra.
Extendiendo sus
brazos la luz,
del mas allá de mis
formas.
débiles y humanas!
Esther MG
lunes, 4 de febrero de 2013
EL MENÚ
Curvas de nácar e
incienso.
Mientras se mecen
sonidos lejanos.
Hangares de glorias
y estelas
perdidas.
En otros espacios.
Resueltos.
Entre espacios
ilimitados.
Arritmias
diminutas.
Disipadas y
disueltas.
Disparadas al
vacío…
entre susurros y
gemidos.
Cúmulos incesantes
de palpitar.
Apagado.
Agónico movimiento.
Que yace en mí…
Consomé de lujuria.
Entregada a plazos.
Sin carta. Sin
plato.
Sin cubiertos para
degustarla.
A trozos o a ratos…
Regálame un
segundo,
un minuto en… tus
brazos.
Que mi entero lo
ensanchará,
para que dure mil
años.
No prives a mi
capricho,
al contemplarte
desnudo…
sobre mí.
Que quiero
colorearte,
mientras te mezclas
con mis dibujos.
Entre tímidas
sonrisas,
entre interminables
caricias,
de vuelta a la
bahía
de mis dominios.
Entre palabras no
pronunciadas.
Solo el murmullo de
tu deseo entregado y enredado.
Sobre el mío.
Acurrucados en la
arena
de los sentidos.
Acariciados por la
brisa,
de un silencio
contenido.
Que ahora
libremente se saborea… entre mareas y brillos.
Cristalino entre
las aguas
de nuestro propio
río.
El que nos reúne
una y otra vez,
en nuestro eterno
avance.
Mientras la noche y
el día.
Divididos.
Nos enseñaron a
amarnos.
Como jamás concebimos.
Como jamás concebimos.
Esther MG
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