ASFALTO
Un espejo que rasga
mi aposentado muro.
Arrastrada por la oscuridad.
Entre susurros de
cobardes sollozos. Me debato.
Quiero que termine
la farsa.
La que me inclina a
entregarme. A despojar de mí.
Las eternas
caricias que de mi brotan, para con todo lo débil.
Para el que cae y
duda en levantar su ánimo.
Desear… Para qué. Inconstante
latir
que se deshace.
Como será el rojo
de la sangre,
bajo la piel de mis
muñecas.
Sentir ese rasgado
lineal,
de mis extensiones.
Bajo el agua. Testigo
que será escenario de mi marcha.
De mi esperado adiós.
Repleta de lágrimas
contenidas.
Que no determinan
el nada de mis
días.
Empeñada en
sonreír.
Sobre las mareas de
mis augurios. La intuición,
que tira de mis
sentidos.
Idiota como lo es
mi existencia.
No quiero llorar
más.
Mas, no lo hago
desde al menos hace un siglo.
Todo el absurdo que
contengo, en mi yo…
Detenido.
Ansiando tocar el
cielo. El que me contempla y asiente, sincero.
No pararé hasta
salir
de mí…
Repite mi entereza
traicionera.
Mintiendo con su
palestra
de colores. Entre
mis días.
Danzando alrededor
de mí.
No quiero que me
salves,
No deseo mas
promesas.
Quiero morir en el
agua.
Ahogada en mi
propia sangre.
La que no pude ser.
La que añoré,
mientras era atravesada por mil distancias.
Acordonando el
cáliz
de mi fuero
interno.
Romero.
Tardío naciste,
entre las briznas del tiempo.
Tráeme la luna
apagada.
Para que pueda
dormir en sus entrañas.
Dame el veneno que
mate mi… razonamiento, contra la muerte esperada.
Abriendo mí pecho, bajo
el que reposa inadvertido.
Sin que nadie, lo
reclame.
Mi desgastado.
Corazón.
Arrugado y viejo.
Como un cartón, en mitad
de la autopista.
Ese que el viento
maltrata.
Cuan marioneta... Abandonada.
Rotas sus cuerdas. Apagado…
Su grácil danzar.
En su inanimada
forma.
Llora…
¡Ya puedo ver la
paz.
A pasos agigantados!
Me escucha.
¡Parece decirme que
corra.
Extendiendo sus
brazos la luz,
del mas allá de mis
formas.
débiles y humanas!
Esther MG
No hay comentarios:
Publicar un comentario